Ir al gimnasio es una excelente rutina para cuidar tu salud física y mental, pero ¿has pensado en cómo afecta el ejercicio a tu piel? El sudor, la fricción, la humedad y el uso compartido de instalaciones pueden generar irritaciones, deshidratación o incluso infecciones cutáneas si no tomamos medidas adecuadas. Por eso, una buena higiene e hidratación después del entrenamiento es tan importante como el propio ejercicio. En este blog te explicamos cómo cuidar tu piel después de cada sesión.

La importancia de la higiene post-entrenamiento

Durante el ejercicio físico, el cuerpo eleva su temperatura y activa las glándulas sudoríparas para regularla. El sudor por sí mismo no es perjudicial, pero puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias si permanece demasiado tiempo sobre la piel.

Además, el contacto con máquinas, esterillas o toallas húmedas puede facilitar la proliferación de microorganismos. Es habitual que aparezcan pequeñas rojeces, granitos en la espalda, irritaciones o infecciones por hongos, especialmente en zonas con más humedad como axilas, ingles o pies.

Para prevenirlo:

  • Dúchate lo antes posible tras el entrenamiento. Cuanto menos tiempo permanezca el sudor en la piel, mejor.
  • Utiliza productos limpiadores suaves, que respeten el pH natural de la piel.
  • Presta atención a los pliegues corporales (cuello, axilas, ingles), ya que retienen más humedad.
  • Seca bien la piel con una toalla limpia, sin frotar bruscamente.

Hidratación: el paso que no debes saltarte

El ejercicio intenso puede dejar la piel más seca, sobre todo si entrenas en ambientes con aire acondicionado, calefacción o al aire libre con frío o viento. Tras la ducha, es fundamental reponer el agua que la piel ha perdido.

¿Cómo hacerlo correctamente?

  • Aplica una crema hidratante corporal sobre la piel ligeramente húmeda, para facilitar la absorción.
  • Si tienes la piel sensible, opta por fórmulas sin perfume ni alcohol.
  • No olvides hidratar zonas específicas como manos, pies o labios, que también sufren tras el ejercicio.
  • Bebe agua durante y después del entrenamiento. La hidratación también comienza desde dentro.

¿Y la piel del rostro?

El rostro merece una atención especial. Durante el ejercicio se acumulan impurezas, grasa y sudor que pueden obstruir los poros, sobre todo si llevas maquillaje o protector solar.

Lo ideal es:

  • Limpiar el rostro antes y después del ejercicio con un producto adecuado a tu tipo de piel.
  • Evitar maquillajes densos antes de entrenar.
  • Hidratar bien la piel tras la limpieza, especialmente si tienes tendencia a la sequedad o sensibilidad.

Un cuidado que se nota

Adoptar una rutina de higiene e hidratación post-entrenamiento no solo previene problemas dermatológicos, sino que ayuda a mantener una piel sana, elástica y luminosa. Como ocurre con el ejercicio físico, los resultados se ven con la constancia.

Recuerda: cuidar tu piel después de entrenar es parte de cuidarte a ti.

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